Policías enfadados y grafiteros perseguidos. Halo LED es la herramienta que les hará firmar la paz definitiva. Aunque por su nombre nadie lo diría, el Halo LED es un spray que emite luces LED en lugar de lanzar pintura y que permite a los grafiteros pintar sobre aire, dibujos e inscripciones efímeras sin manchar las paredes del barrio. El inventor es Aïssa Logerot, un diseñador industrial afincado en París cuyo invento cae como agua de mayo a los servicios de limpieza de los ayuntamientos de todo el mundo.
El funcionamiento de la Halo LED es bien sencillo. Para conseguir estas inscripciones se abastece de luz y de una cámara con el obturador abierto durante apenas dos segundos. Tiempo suficiente para conseguir tan psicodélicos trazos y crear un dibujo de existencia limitada. El LED funciona con baterías que se recargan al agitar el bote, como si se tratara de un recipiente de pintura real.
Los grafiteros más exigentes podrán cambiar el color utilizando boquillas con tonalidades diferentes, con la posibilidad añadida de ajustar la luz y la intensidad. Lástima que por el momento, el invento de Aïssa Logerot no esté a la venta en grandes superficies. Los grafiteros respetuosos con el mobiliario urbano tendrán que esperar hasta nueva orden o hacerse con estas luces LED magnéticas de pega, útiles hasta para decorar el Belén en Navidad.
Alex